De una forma muy sencilla he transformado unas antiguas hornillas de barro, donde anidaban las palomas que hace tiempo tuvieron mis hermanos, en unas prácticas macetas decorativas.
Las hornillas de barro son utilizadas en los palomares para que las palomas aniden en ellas. Mis hermanos las tenían colocadas en la parte superior del palomar sobre unos palos, a modo de casilleros, en las cuales las palomas hacían sus nidos, y llegaron a tener 300 palomas, que finalmente soltaron hacia su libertad.
Lo que he hecho ha sido una limpieza en profundidad, tres agujeros a la base de cada hornilla, darles una capa de imprimación y, una vez seca, una capa de pintura color negro brillo.
La forma de estas hornillas hace más complicado plantar en ellas, ya que tienen la boca más estrecha que la parte superior del cuerpo, que a su vez hace que su aspecto sea más bonito.
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