En primer lugar he medido el largo y ancho del mantel para comprobar que cada mitad tapará el hueco de las ventanas. Una vez comprobado, he hecho dobladillos en cada mitad para hacer el vuelo de la cortina.
A lo largo de la cortina, en la parte superior, hago un dobladillo de anchura suficiente como para poder entrar la barra de las cortinas, que en este caso he reutilizado dos viejos mangos de cepillo.
Ha sido una tarea sencilla y ecológica de hacer dos cortinas con un hule que evitará la entrada masiva de los rayos de sol y las partículas de polvo arrastradas por el aire.
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